EL ESPEJO
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Friday, November 04, 2016
EL ESPEJO, Norberto Pannone, Argentina
EL ESPEJO
Saturday, August 22, 2015
“A PARTIR DE CUANDO”, Norberto Pannone, Argentina
“A PARTIR DE CUANDO”
Saturday, May 25, 2013
DIOS Y YO
DIOS Y
YO
Todo parece excelente cuando lo contemplo a
la distancia y, si llego hasta el final de lo supuesto, el alma siempre ambiciona
más.
Ni siquiera la gloria es capaz de satisfacer
a los grandes espíritus capaces de treparla; por eso, el presente nunca es tanto
como el pasado y el futuro, es por eso también que, Dios se retira de mí a
medida que busco acercarme a él, es decir, que cuanto más claro entiendo la
existencia de Dios, mejor vislumbro cuán
distante está mi mente de comprenderlo.
Norberto Pannone
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Saturday, June 18, 2011

POEMA EXALTADO
Qué te pasa poeta con las dudas
que al crecer de la vida, te devoran?
Ya no juzgas la caricia de las putas
ni el impío dolor de la señora
que alguna vez se queda viuda
y usa sólo un ojo cuando llora?
Qué los parió a los gatos
que acarician las piernas con su cola!
Me agobia el niño que al encargo
viene a pedirte sumiso la limosna.
Me revienta la rubia cincuentona
que aparenta disfraz de mocetona.
Qué te pasa poeta, ya no escribes
de la memoria, la nostalgia y el amigo,
ni del recuerdo del comienzo que te inhibe
por el apuro genital, definitivo?
Arrinconaste la quimera que buscabas
en la torpe estampa del olvido.
Qué te pasa poeta, ¿no aprendiste?
La promesa es cuestión desvergonzada
y la limpia sonrisa ya no existe,
fue aflictivo tempesteo de un verano,
necesidad de que el otro satisfaga
su ego tan ridículo y humano.
Norberto Pannone
Wednesday, May 18, 2011

LA PROEZA DEL HOMBRE
Ha muerto un hombre.
No sé ni su nombre
ni me asombra su edad,
ni me acuerdo el vestido
que portó en el disfraz.
Hoy se ha muerto un hombre.
Dicen los que lloran,
que era pura piedad,
e imaginan que el pobre
subirá por la escala
ocupado en la carga
de pensar en su paz.
Me pregunto si el hombre
que adoptó sucumbir,
se subió con coraje
al pequeño carruaje
que dispuso al partir;
si es verdad lo que dicen:
que hay horarios honestos
que disponen los sabios
para saber morir.
Yo no lloro con ellos,
la aventura es vivir
y cualquiera se muere
cuando quiere morir.
La más grande proeza
que revelo en el hombre
no es partir con arpegios
y que el otro se asombre
porque ignora lo cerca
que se oculta el allá.
Lo admirable del hombre
que transita la vida,
es morirse de viejo
con el alma erguida
sin saber donde va.
Aquel que lo logre
viajará en las simientes
floreciendo en el orbe
con el fruto del siempre.
Norberto Pannone

Recuerdos y Nostalgias
La nostalgia no es el recuerdo al que rezamos.
El recuerdo es una foto fría.
La nostalgia es la emoción que fuga de la imagen.
La imagen es una mancha amarilla de papel
que se avejenta en el orbe temporal.
Sólo la nostalgia es indeleble
Sólo la nostalgia perdura omnipotente
y permanece en aquello que fue Dios:
La ternura, El placer, El amor, La pasión...
Esa maldita nostalgia, a veces tan hermosa
captura el paso del horror
y me condena.
Y la distancia se escarcha en los barrotes legendarios
del dolor.
Y me pare poeta
en un catre de vino
arrullado en el humo del tabaco mejor.
Y la veo en los días donde a veces pienso
que hilvané algunos versos
para amarte mejor
-Vuelvo en el canto del mítico gorrión
para alegrar tus mañanas de sol...
y el eco de tu voz resuena
en el anémico jardín de la ilusión-.
Sólo la imagen me abruma
como esa foto de amarillo cartón
donde ha muerto el color.
Sólo la nostalgia me desnuda.
¿Cómo regreso en el tiempo
a confesar mi nostalgia?
Norberto Pannone
Tuesday, November 16, 2010

EL AVATAR
Su mirada desgranaba cierto atisbo de perturbación.Yo, no le entendía muy bien y casi con enojo lo insté varias veces a que me explicara en detalle aquello que pretendía decir. Además, no comprendía por qué a mí.
El hombre, sin dar el contenido exacto ni el sentido racional a mi demanda, repitió:
-“Me asignaron dos existencias para que las tome como discípulos. No pude negarme y debí aceptar”.
-“Ninguno vendrá sabiendo ni conociendo nada del otro -continuó- pero sí, sabrán a la perfección todo lo indisoluble de mi ser. Mi final, estoy seguro, será el principio”.
-“Dicen que he llorado dentro de un vientre y que casi me estrangulo en la concepción, de manera que, ¿sabe?, supongo que estos dos también arribarán después de haber transitado el camino desde algún desagrado vital...”
Yo, cada vez entendía menos de aquel asunto y maldecía en mi interior por haberme prestado a ese encuentro accidental. Casi por compromiso, simulé que seguía con diligencia su razonamiento, aunque, afanosamente, buscaba alguna distracción para huir de la influencia. Mi plexo solar se contraía exasperado frente a la enorme energía que irradiaba el hombre.
-“Los dos podrían matarme, estoy seguro de ello. Lo percibo. Debo manejar el asunto con prudencia”. -Señaló.
-“Cuando expire, ellos se harán cargo de mis deudas ya que sabrán toda mi historia”. -Concluyó.
Después de un prolongado silencio, continuó explicando:
-“Cada uno por su lado irá por mis cuentas, exigiendo a mis deudores, aunque exista la duda de que cobren dos veces las mismas. Sin saberlo o por negligencia”.
-“La Autoridad me impuso que los recibiera por separado evitando que se conociesen entre sí. Podría ser peligroso si llegaran a descubrirse”.
El hombre, recogió su magnífica cabeza sobre el pecho desnudo y musitó con tristeza:
-“Fracasé en el intento. Hubiese sido mejor que ninguno de los dos supiera del otro hasta el final. Por el Después, ¿comprende? -Por más que me lo propuse, no pude apartarlos a tiempo y, como un estúpido, les hablé del amor... Allí, me di cuenta que el poder que me fuera concedido no sirvió de nada...”
Finalmente, vencido y con desgano, aquel hombre develó el arcano:
-“Macho y hembra son. Temporales, por supuesto. Seres humanos, creo... Así, con esa enunciación, llegaron”.
En este punto del monólogo creí comprender la causalidad de aquél encuentro. Miré en mi derredor y advertí que yo era el último inmortal que aún resistía.
El hombre, subió a la cruz, abrió sus brazos, y expiramos juntos.
Algo más tarde, el sol se acostaba en el sempiterno socavón del Siempre...
Mañana, o esta noche misma, quizá, los hombres comiencen a escribir un nuevo libro. Tal vez lo llamen: “El Tercer Testamento” o “El avatar”.
Norberto Pannone